Meditación en movimiento ¿qué es y para qué sirve?

 “10 minutos de meditación en movimiento, es igual de benéfico que un masaje.”

La mayoría de nosotras solemos estar estresadas, preocupas y muchas veces ansiosas por periodos prolongados de tiempo. Sin darnos cuenta que necesitamos bajar el ritmo.

Existen varias formas de meditación que pueden ayudarnos a desacelerarnos sin necesidad de ir a un lugar específico o tener las condiciones adecuadas. Una de ellas es la meditación activa o mejor conocida como meditación en movimiento.

 

¿Y qué es la meditación en movimiento?

Es una técnica de consciencia corporal, usada como una alternativa a la práctica tradicional, pues en ella se usa el movimiento del cuerpo para ganar presencia y atención, que es justamente algunos de los objetivos que buscamos al meditar.

Hay muchas maneras de realizarla, una de las más sencillas y de fácil acceso, es salir a caminar. Lo único que tienes que hacer para que este ejercicio se transforme en una meditación, es darle un propósito, por ejemplo: sentir la planta de tus pies mientras marchas.

Al enfocarte en ello podrás experimentar una sensación de relajación casi inmediata, así como conectarte con el “aquí y ahora”.

 

Ejercicio práctico: La montaña.

  • Siéntate a mitad de la silla, de tal forma que tu espalda no esté apoyada en el respaldo y que tus pies toquen el suelo sin problema.
  • Deja tus brazos y manos sueltas sobre tus piernas. Procura que tu espalda esté recta pero que tu cuello y hombros estén relajados.
  • Permite que tu respiración sea fluida.
  • Cierra los ojos y comienza a percibir el trayecto del aire al interior de tu cuerpo. Nota cómo entra y cómo sale.
  • Inhala por la nariz y exhala dulcemente por la boca.
  • Hazlo varias veces, sintiendo el apoyo de tus pies en el piso, la tensión que ejerce tu espalda al mantenerse en esta posición y sintiendo como tus hombros y cuello se relajan cada vez más.
  • Poco a poco vas soltando este ejercicio, dejando tu respiración libre.
  • Comienza a mover suavemente tu cuerpo, puedes estirar tus brazos, incluso bostezar, si así lo deseas. Cuando estés lista abre lo ojos.

Este es un ejercicio de base en la meditación en movimiento, puede parecer simple, pero es muy eficaz. El mantenerse erguido en esta postura, refuerza los músculos abdominales y dorsales. La respiración consciente irriga todo nuestro cuerpo y otorga a nuestro cerebro un impulso energético. Esta postura nos ayuda también a reequilibrarnos durante el día.

10 minutos de meditación en movimiento es igual de benéfico que un masaje, así que hazla las veces que lo necesites y disfruta de sus beneficios 🙂

Herramientas fáciles para momentos difíciles

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