Sofrología: encuentra la calma interior. 

La Sofrología es un viaje de aprendizaje espiritual. Una combinación de ejercicios y meditaciones que te relajarán y te acercarán a ti.

¿Qué es la sofrología?

Es un método de sanación y relajación de la mente y el cuerpo.

También conocida como una terapia moderna, que puede ser usada para gestionar el estrés, los desordenes de sueño y la ansiedad; así como para encontrar un equilibrio, ganar autonomía, regular nuestras emociones, prestar atención a nuestras necesidades, entre otros muchos beneficios. Desconocida en algunas partes del mundo, pero muy popular en Francia, España, Suiza y Bélgica desde hace más de 60 años.

UN POCO DE HISTORIA

Creada por el neuropsiquiatra Alfonso Caycedo, quien buscaba una manera de ayudar a sus pacientes, algo más humano a los tratamientos psiquiátricos que se usaban en la época de los 60.

Inspirada en el zen japonés, la hipnosis y las diferentes meditaciones orientales.

La Sofrología permite tomar consciencia de nuestras capacidades para conocernos mejor.

 

¿Cómo funciona la sofrología?

Al ser simple, adaptable y extremadamente eficaz, esta técnica seduce por su rapidez de acción. Además de ser accesibles para todos.

La Sofrología trabaja por medio de ejercicios, activaciones y visualización positivas, que se pueden incluir en nuestra ajetreada rutina cotidiana, gracias a que cuenta con una variedad de posibilidades dependiendo el tiempo con el que contemos.

Una de las preguntas claves en sofrología es saber ¿cómo te sientes en este momento en tu cuerpo? Una pregunta que automáticamente te pondrá en el momento presente. Para este método el verdadero trabajo sucede en nuestro interior, a través de desarrollar una mayor consciencia sobre nuestro cuerpo.

La idea es que cada uno adquiera la habilidad para guiarse a sí mismo, pero es como cualquier deporte, hay que entrenar.

Mientras más practicamos más eficaz se vuelve. Aquí un ejemplo de cómo funciona.

 

Relajación rápida de hombros y cuello

Recomendaciones antes de comenzar:

Realiza los movimientos de tal manera que sea agradable, sin forzar ni yendo más allá de tus límites. Incluso puedes simplemente imaginar los movimientos.

  • Busca estar sentada o de pie pero sin tensar tu cuerpo.
  • Una vez ahí, comienza a girar la cabeza suavemente de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.
  • No tenses el cuello, ni pongas peso de más sobre tus hombros y piernas.
  • Gira primero dulcemente tu cabeza hacia la derecha, como si quisieras tocar tu hombro derecho con tu mentón. (RECUERDA: esa es la intención, sin embargo, no debes girar demasiado tu cuello para que tu mentón y hombro se toquen, ya que podrías lastimarte).
  • Respetando tu límite agradable, mantén la posición de la cabeza por unos segundos, después acompaña con tu atención el movimiento de la cabeza hacia el centro o la posición de inicio.
  • Ahora gira tu cabeza hacia el otro lado, el lado izquierdo, muévete muy suavemente. Mantén la posición y regresa al centro.

Puedes hacer este ejercicio unas dos veces más.

Al terminar la serie, cierra tus ojos y siente todo lo que pasa en tu interior… ahora te pregunto: ¿cómo te sientes en tu cuerpo en este momento?

Observa sin juicios o etiquetas lo que aparezca.

Herramientas fáciles para momentos difíciles

Visita la botica del bienestar donde encontrarás recursos gratuitos para relajar tu cuerpo, cultivar tu paz interior y encontrar el equilibrio.